En la soledad del campo los remolques esperan, tranquilos, quietos, estáticos, a que comience su jornada. Ya casi no se ven remolques en los campos. La gente emigró a las ciudades en busca de un mejor porvenir. Dicen que la crisis ha propiciado que los nietos de aquellos que se marcharon regresen a los pueblos, pero también el campo ha cambiado y ya no se siguen las mismas técnicas de labranza que hace años.
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